El 15 de mayo de 2010, después de dar un recital en Caracas, Cerati sufrió una descompensación que lo llevó a un estado de inconciencia irreversible hasta su muerte, cuatro años después



Aquel de Caracas había sido uno de los mejores shows de la gira de presentación de “Fuerza Natural”, el disco que Gustavo Cerati había editado en septiembre de 2009 y había mostrado en varios puntos de la Argentina, como también en Uruguay, Chile, Perú, Colombia, México, Estados Unidos y Venezuela. Hasta el último acorde, todo fue bien. Después, el abismo.

Un rato más tarde, Cerati comenzó a sentirse mal producto de un accidente cerebro-vascular (ACV) que comenzó a avanzar sobre él de forma tan avasallante como irreversible. Fue mucho más que una “descompensación”, como hace 12 años se anunció en un primer momento, cuando el artista estaba transitando, en realidad, las últimas horas antes de entrar en un estado de inconciencia del que ya no iba a despertar.

“La tomografía computada realizada a su ingreso mostró un infarto extenso en el hemisferio cerebral izquierdo y daño del tronco cerebral”, decía casi tres semanas después el parte médico del Sanatorio Fleni, que recibió al músico recién llegado de Venezuela en un avión ambulancia. Pero, ¿qué había pasado antes?


Las últimas horas de Gustavo Cerati antes del ACV

El sábado 15 de mayo de 2010, Gustavo Cerati salió a escena con su banda en el campus de la Universidad Simón Bolívar de la ciudad de Caracas. Un día antes había disfrutado de un espectáculo de rumba en el boliche “Moulin Rouge” de la capital venezolana, como también de algunos platos típicos de la comida local.

“Fuerza Natural”, “Magia”, “Deja Vu”, “Desastre”, fueron los primeros temas de un concierto que no hizo presagiar lo que ocurrió unas horas después. Se lo veía lúcido y activo en escena. Promediando el recital se permitió bromear con el público, mientras se preparaba para tocar “A merced”, y contar que estaba hablando mucho porque se quería terminar el cigarrillo que estaba fumando. Antes de decir “un placer, está divina la noche, es sábado, esto sigue…”.

Casi dos horas de show, que fue muy cansador pero al mismo tiempo emotivo, porque era el cierre de esa parte de la gira. “Hasta la próxima, chau”, dijo simplemente y abandonó escenario mientras el público vibraba por esa despedida.